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Perros con cirrosis hepática

No solo las personas padecen esta grave enfermedad, que afecta a uno de los órganos más importantes del cuerpo.


El hígado es el responsable de funciones imprescindibles para la vida. Procesa sustancias necesarias para el cuerpo: proteínas, glucosa, vitaminas, colesterol y grasas, convierte en inocuas sustanciase tóxicas, sintetiza los factores de coagulación sanguínea y proteínas de la sangre como la albúmina. Elimina la bilirrubina y produce la bilis, necesaria para digerir las grasas.

La cirrosis hepática es una enfermedad crónica y progresiva del hígado, en la que este disminuye de tamaño, pierde su consistencia y se forman pequeños nódulos a modo de cicatrices.

Es la fase final de muchas enfermedades crónicas del hígado. La causa de la cirrosis coincide con los factores que pueden ocasionar daño hepático crónico: la hepatitis crónica evoluciona hacia una cirrosis.

Las causas más frecuentes son el uso de drogas (como el abuso crónico del alcohol en las personas), medicamentos, enfermedades infecciosas e inmunomediadas.

Existe una clara predisposición racial en los Bedlington Terrier, West Highland White Terrier, Dobermann, Cocker Spaniel y Americano, Caniche y Labrador Retriever.

Las cirrosis pueden estar compensadas, es decir, no se manifiestan externamente por que el hígado aún es capaz de realizar sus funciones, o descompensadas (con síntomas clínicos), según el grado del daño hepático.

En etapas iniciales los síntomas son inespecíficos: pérdida de apetito, adelgazamiento, el enfermo está mas apático, orina y bebe mucho, etc. En casos más graves se puede presentar ictericia (color amarillo de la piel), ascitis (acumulo de liquido en el vientre)y problemas de coagulación con hemorragias espontáneas.

Las pruebas de laboratorio pueden mostrar alteraciones antes del desarrollo de la cirrosis, sin embargo en muchas ocasiones son indetectables.

La cirrosis no se cura, pero se puede tratar para minimizar sus consecuencias, empezando por eliminar los medicamentos, tóxicos, o agentes infecciosos que han provocado su aparición y controlando con la medicación adecuada complicaciones como ascitis, encefalopatía, úlceras gástricas, coagulopatías e infecciones que se asocian a la insuficiencia hepática generalizada.

No siempre es posible identificar la causa de la cirrosis para eliminarla, aunque se puede hacer más lenta su evolución mediante drogas antifibróticas o antiinflamatorias. También es imprescindible un cambio de alimentación: alimento comercial bajo en proteínas o dieta casera a base de huevo cocido, pescado, pollo desgrasado, arroz blanco cocido, hígado cocido, queso de burgos etc (alimentos fácilmente digeribles y con pocas grasas).

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